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Home Los autores

La familia Contera se propuso a finales de los setenta la recuperación del tipo Navarro tradicional y lo consiguió. Este trabajo está muy lejos de la cría comercial de perros de caza, constituye una entrega personal y una dedicación exclusiva que quien tiene un pachón navarro en el siglo XXI necesita conocer. A continuación exponemos unas breves notas biográficas, que serán de interés para los aficionados, los amigos y los curiosos.

Manuel Contera Murciano (Olmeda del Extremo, 1927 - 2008)

Manolo Contera es el mayor de una familia de cazadores, que se dieron a conocer en el mundo cinegético de los años 1960 en la Peña Deportiva de Cazadores de San Blas, en Madrid. Manuel es un cazador apasionado, intuitivo, práctico y ambicioso. Procedentes de la comarca de la Alcarria, los Contera comienzan a cazar cuando valen andar. Son duros especialistas en terrenos abruptos. Manolo es de siempre cazador de pelo y auténtico "martillo" en la volatería de media distancia. Se han hecho famosos sus encares a perdiz en el video de la televisión española para "Jara y Sedal", aunque sus copas le llegaron antes en las sociedades deportivas. Había cazado con perros del país, con un setter y un pointer que aún recuerda; sin embargo, sus perros más brillantes fueron perdigueros autóctonos, de una misma familia: Matacán, Caty, Perico, Falco, Laika, Lark... Aquellos perros -inteligentes y trabajadores- alternaron entre hermanos, sobrinos, amigos y compañeros de la peña, hasta diluirse y terminar por perderse. En los años setenta, Manolo Contera vive su mayor actividad profesional como agente de turismo. Viajes por España y al extranjero, a Argelia, a Rusia por entonces, Alemania, Inglaterra, México, Hon Kong, Tailandia, Argentina, Brasil...Luego llegó el momento de asumir más responsabilidades como director de sucursal en Marsans, a la que dedica cuarenta años de su ejercicio profesional. Eran los tiempos de Javier Gómez Navarro, el que pronto fuera secretario de Estado por los Juegos olimpicosy ministro. Antes compañero de mus… Y su relación profesional y humana con algunos de los cazadores profesionales de Africa. Por entonces abatió el primero de los jabalíes que se mataron en la comarca y antes había obtenido algunos excelentes records personales: 85 codornices en una jornada de caza, 18 perdices en un día cazando en mano en las laderas de Henche... Cuando uno ha cazado con un perro bueno, se siente exigente con los que le suceden. Para los todo-terrenos de la caza, los años setenta estuvieron repletos de grifones -korthals y drahthaar- que alternaron sus virtudes con sus fuertes defectos. Arrastrados por Carlos -su hijo- entusiasmado con la idea de recuperar nuevamente aquellos perros navarros, los Contera empezaron a cazar nuevamente con pachones desde milnovecientos ochenta. Por entonces, comenzaba la caza en Rebollosa de Hita, con Patro y Lucio Alejandre. Fueron años muy provechosos, perdiz y mucha liebre. Mientras tanto, Julián, Joaquín y Antonio, sus hermanos, cazan con perras pachonas en la provincia de Cuenca y Guadalajara. En aquellos años dorados cuajaron los mejores perros de caza y los mejores pachones navarros de la familia, base para la futura selección: la Linda (primera incorporación), la Mancha y la Loli (pachona y podenca de Jaén) que alternaban espléndidamente, el Yaco, Senda I , Sala, Bartolo, la Panda, Senda II, el Sol, el Navarro, la Caty, el Duro, el Taco... y más modernamente el Buyo, la Dana, la Bocha, Yobi, la Chova (podenca), la Senda III, la Luna. Desde que a finales de los ochenta decidió vivir continuamente en el campo, Manuel Contera cría, entrena y caza perros. A ello dedica todas las jornadas de su actividad. Para este hombre de dilatada experiencia, la media veda debe confirmar al cazador lo que ya sabe de su perro, la perdiz sirve para picar al cachorro a la caza y la liebre es donde al pachón se le ve desarrollar todas sus dotes de vientos, rastro, inteligencia y perseverancia. Manuel y Carlos Contera han criado juntos 1500 cachorros en su mayoría pachones navarros. Ellos han alcanzado una cifra record en la cría canina continental moderna: cazar con todos los perros reproductores Alajú durante once generaciones completas. Han filmado un video insólito sobre el Pachón navarro en España, han participado en concursos de caza y hasta en un concurso de belleza con una collera de pachones en 2001. Manuel dirigió las pruebas de caza de Navalpotro en el primer Open Alajú y siguió enteramente dedicado a la caza y el adiestramiento de sus cachorros, día sí y día también. En los diez últimos años de su vida, su rutina diaria estaba relacionada con la de sus perros. Y la de las personas que se interesaban por ellos. Siempre atento a contestar llamadas de consulta y demostrar su condición de maestro en resolver dudas y orientar el adiestramiento para la caza. El video de TVE de 1996 con escenas de caza, en terreno propio, hizo que don Manuel –como siempre ha sido denominado por los aficionados al Pachón- demostrase al mundo cinegético sus habilidades en la caza, adiestramiento y tiro, especialmente certero en la media distancia. Porque en aquellos días de rodaje no falló un disparo, ni siquiera en los ensayos y con un cameraman al costado. Los mejores productos alcanzados de los años dos mil han sido los hijos de la Celta; el A.Dandy; la muy querida Rita –Alajú Emerita- y el A.Gelo. Especialmente notable, la reconversión del Alajú Loco, que recobramos por recomendación de Javier Alhama, y se convirtió en el compañero de caza de don Manuel y su perro preferido. Aquel día aciago del caluroso julio de 2008, Manuel Contera venía de entrenar sus cachorros por la mañana, de cara a la próxima media veda. Un fatal ictus cerebral nos lo arrebató repentinamente. Su espíritu, su orgullo de cazador perfeccionista, nos acompaña con los perros que él supo moldear y seleccionar. Un memorial sentido ha venido reuniendo a sus amigos cazadores y admiradores de su trabajo un año tras otro. Allí, en la Hoya Basilio, en el mismo campo de entrenamiento en el que disfrutó con sus perros. D.e.p.

Carlos Contera Alejandre ( Madrid, 1958)

Carlos Contera es veterinario y cazador, recuperador del pachón navarro y estudioso de un buen número de razas autóctonas. Amante de los perros desde su infancia, su trabajo en razas caninas autóctonas se ha extendido en publicaciones y estudios de galgos, podencos, perdigueros, careas, perros de ganado, mastines... y, principalmente, el Alano español y el Pachón Navarro, las razas que han sido objeto de sus trabajos de estudio, recuperación, cría y selección.

En 1976, Carlos inicia su carrera de veterinaria. La Universidad era por entonces -recién muerto el general Franco- un hervidero de ideas e inquietudes. En la Facultad de veterinaria de Madrid se dan cita nombres que luego resultarán claves en la cinofilia española. En 1978, funda con Manuel Sanz, Luis Arribas y Luis Centenera la primera Comisión oficial de razas caninas españolas, el primer grupo de la historia de la cinofilia española dedicado a la gestión y promoción de nuestras razas, en el seno de la Real Sociedad Canina de España. Al año siguiente, Carlos se ocupa de redactar lo que sería el mayor logro de la Comisión: la primera Normativa de Tatuaje y Control de Razas Caninas Españolas, aprobada sin modificaciones sobre el texto inicial y que mantiene su vigencia hasta hoy. En octubre del 1979 Arribas, Sanz y Contera abordan un proyecto sin precedentes en la cinofilia nacional: un viaje técnico de prospección para analizar la situación del pachón navarro en el área geográfica que le era más propia, la ribera del Ebro. A partir de Recu-Pachón como se denominó a la expedición, Carlos Contera abrazó con empeño personal la iniciativa de búsqueda de ejemplares en nuevas localizaciones y emprendió una campaña insólita en revistas y otros medios.

En 1980 funda la revista "El Mundo del Perro", primera dedicada al perro con tirada nacional, de la que es director técnico. Desde sus páginas, las razas españolas cobran un protagonismo especial. Los artículos monográficos, las portadas, los reportajes y entrevistas tienen un espacio especial para los criadores, las pruebas, las exposiciones y los perros de razas autóctonas. Se vive una eclosión de razas y un renovado atractivo de nuestros perros. Y en ese ambiente nace la primera camada de pachones (agosto de 1980) bajo cría controlada en un registro, cuyo árbol genealógico propio ha prolongado y aumentado hasta hoy. La afición a nuestras razas creció en los años ochenta y el número de razas e inscripciones aumentó notablemente. En 1982, se organiza en Córdoba el primer Symposium de Razas Caninas españolas. Fue el escenario de múltiples homenajes al trabajo de difusión de nuestras razas que Carlos Contera -como responsable- y la revista, como empresa, estaban desarrollado. En el programa del congreso destaca su contribución con tres trabajos científicos, uno de ellos se titula "Ensayos históricos de recuperación del Pachón Navarro en España" donde ya anuncia de forma patente un último y definitivo intento de recuperación, como efectivamente tras veinte años así ha conseguido.

A partir de 1984 se inicia la etapa profesional como veterinario especialista en zootécnia, de la mano de importantes empresas del sector en alimentación animal. Primero en Madrid, luego en Barcelona, como responsable de marketing técnico. La producción ganadera es una ventana privilegiada para conocer a fondo la sociedad y la geografía rural ibérica. La necesidad profesional de viajar, la combina Carlos con sus asomadas en la caza y los perros. En estos años, Carlos Contera ha adquirido un sólido y extenso conocimiento del campo español, de las gentes, de su idiosincrasia, de su economía y... de sus perros, inherentes al campo. Nuevos informes en Aragón, La Rioja, itinerarios de localización en Mallorca, Andalucía oriental, Levante (Alicante y Valencia), La Mancha, Norte de Portugal, Castilla la vieja, Extremadura, Alentejo, Sevilla, Zamora y Trasosmontes, etc. Nadie particularmente podría fácilmente sufragar este impulso, tantos recorridos frecuentados y tan extensos, de manera que esta época es muy privilegiada cinológicamente, por la acumulación de información. Los viajes técnicos son también recorridos de localización de ejemplares de las diversas razas caninas autóctonas de cada territorio, especialmente a la búsqueda de ejemplares de pachón navarro, tan raros por entonces.

En los años noventa, la familia Contera está plenamente convencida de que el Pachón es el mejor perro de caza para su terreno y condiciones. La visión técnica de Carlos se ve ratificada con el entusiasmo de tíos y primos. Llega un momento en que el grupo familiar caza simultáneamente hasta doce perros Pachones Navarros Alajú, de los de todos los domingos y fiestas de guardar. Los perros que habían conocido en los años sesenta volvían a demostrar que cazaban con más pasión, inteligencia, equilibrio y facultades que ningún otro. Es el tiempo de el Yaco, Senda I, la Mancha y la Loli (pachona y podenca de Jaén) que alternaban espléndidamente, Sala, Bartolo, la Panda, Senda II, el Sol, el Pancho, el Navarro, la Caty, el Duro, el Sil, el Taco, la Fila, ... y más modernamente el Buyo, la Dana, la Bocha, Yobi, la Chova (podenca), la Senda III, la Xena, la Luna.

Los años ochenta fueron dedicados a crear una sofisticada red de siete líneas estancas de sangre. Incorporadas con planificación, nos permiten hacer cruces en la raza para mejorar sin perder. Conservar el patrimonio genético de cada uno de los padrillos incorporados es una necesidad. Mejorar en todas las prestaciones a la vez, también es necesario. Llegar a esta producción de ejemplares ha costado mucho esfuerzo, entusiasmo y mucho dinero. A partir de 1992 Alajú instaló formalmente un periodo de garantía para sus cachorros, donde el cachorro demostrará antes de dos años su pasión por la caza y respeto por el estilo de la raza. Sólo con exigencia podemos ser fieles a nosotros mismos. Desde 2000 el proceso de incorporación de ejemplares ajenos al programa de cría se ha cerrado. Las líneas de sangre englobadas en Alajú se pliegan ahora en una operación de selección que busca progresivamente mayor consanguinidad y homogeneidad entre líneas, para mejorar la uniformidad de tipo y prestaciones.

En septiembre 2001, Carlos y Manuel Contera convocaron a propietarios, prensa, cazadores, propios y extraños a una reunión original: el Open Alajú. Cuarenta perros cazando para análisis general. Ha resultado otro hito particular en la historia cinofilia y la cinegética. Un mes más tarde, nació Julia Contera, el tercer vástago familiar tras Juan Manuel y Victor Acacio, familiarizados desde su nacimiento con la caza y los perros. Durante 2002 la marca "Alajú" habrá alcanzando la cifra de 1000 perros de razas autóctonas registrados. Hay mil propietarios inteligentes, amantes de los perros autóctonos, que han confiado en nosotros. Solo gracias a su ayuda ha sido posible realizar nuestro sueño. Esperemos que Juan, Victor y Julia lo continúen.

 

Aquí reside la magia

 
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