La familia Contera se propuso a finales de los setenta la recuperación del tipo Navarro tradicional y lo consiguió. Este trabajo está muy lejos de la cría comercial de perros de caza, constituye una entrega personal y una dedicación exclusiva que quien tiene un pachón navarro en el siglo XXI necesita conocer. A continuación exponemos unas breves notas biográficas, que serán de interés para los aficionados, los amigos y los curiosos. Manuel Contera Murciano (Olmeda del Extremo, 1927 - 2008)
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Carlos Contera Alejandre ( Madrid, 1958)
En 1976, Carlos inicia su carrera de veterinaria. La Universidad era por entonces -recién muerto el general Franco- un hervidero de ideas e inquietudes. En la Facultad de veterinaria de Madrid se dan cita nombres que luego resultarán claves en la cinofilia española. En 1978, funda con Manuel Sanz, Luis Arribas y Luis Centenera la primera Comisión oficial de razas caninas españolas, el primer grupo de la historia de la cinofilia española dedicado a la gestión y promoción de nuestras razas, en el seno de la Real Sociedad Canina de España. Al año siguiente, Carlos se ocupa de redactar lo que sería el mayor logro de la Comisión: la primera Normativa de Tatuaje y Control de Razas Caninas Españolas, aprobada sin modificaciones sobre el texto inicial y que mantiene su vigencia hasta hoy. En octubre del 1979 Arribas, Sanz y Contera abordan un proyecto sin precedentes en la cinofilia nacional: un viaje técnico de prospección para analizar la situación del pachón navarro en el área geográfica que le era más propia, la ribera del Ebro. A partir de Recu-Pachón como se denominó a la expedición, Carlos Contera abrazó con empeño personal la iniciativa de búsqueda de ejemplares en nuevas localizaciones y emprendió una campaña insólita en revistas y otros medios. En 1980 funda la revista "El Mundo del Perro", primera dedicada al perro con tirada nacional, de la que es director técnico. Desde sus páginas, las razas españolas cobran un protagonismo especial. Los artículos monográficos, las portadas, los reportajes y entrevistas tienen un espacio especial para los criadores, las pruebas, las exposiciones y los perros de razas autóctonas. Se vive una eclosión de razas y un renovado atractivo de nuestros perros. Y en ese ambiente nace la primera camada de pachones (agosto de 1980) bajo cría controlada en un registro, cuyo árbol genealógico propio ha prolongado y aumentado hasta hoy. La afición a nuestras razas creció en los años ochenta y el número de razas e inscripciones aumentó notablemente. En 1982, se organiza en Córdoba el primer Symposium de Razas Caninas españolas. Fue el escenario de múltiples homenajes al trabajo de difusión de nuestras razas que Carlos Contera -como responsable- y la revista, como empresa, estaban desarrollado. En el programa del congreso destaca su contribución con tres trabajos científicos, uno de ellos se titula "Ensayos históricos de recuperación del Pachón Navarro en España" donde ya anuncia de forma patente un último y definitivo intento de recuperación, como efectivamente tras veinte años así ha conseguido. A partir de 1984 se inicia la etapa profesional como veterinario especialista en zootécnia, de la mano de importantes empresas del sector en alimentación animal. Primero en Madrid, luego en Barcelona, como responsable de marketing técnico. La producción ganadera es una ventana privilegiada para conocer a fondo la sociedad y la geografía rural ibérica. La necesidad profesional de viajar, la combina Carlos con sus asomadas en la caza y los perros. En estos años, Carlos Contera ha adquirido un sólido y extenso conocimiento del campo español, de las gentes, de su idiosincrasia, de su economía y... de sus perros, inherentes al campo. Nuevos informes en Aragón, La Rioja, itinerarios de localización en Mallorca, Andalucía oriental, Levante (Alicante y Valencia), La Mancha, Norte de Portugal, Castilla la vieja, Extremadura, Alentejo, Sevilla, Zamora y Trasosmontes, etc. Nadie particularmente podría fácilmente sufragar este impulso, tantos recorridos frecuentados y tan extensos, de manera que esta época es muy privilegiada cinológicamente, por la acumulación de información. Los viajes técnicos son también recorridos de localización de ejemplares de las diversas razas caninas autóctonas de cada territorio, especialmente a la búsqueda de ejemplares de pachón navarro, tan raros por entonces. En los años noventa, la familia Contera está plenamente convencida de que el Pachón es el mejor perro de caza para su terreno y condiciones. La visión técnica de Carlos se ve ratificada con el entusiasmo de tíos y primos. Llega un momento en que el grupo familiar caza simultáneamente hasta doce perros Pachones Navarros Alajú, de los de todos los domingos y fiestas de guardar. Los perros que habían conocido en los años sesenta volvían a demostrar que cazaban con más pasión, inteligencia, equilibrio y facultades que ningún otro. Es el tiempo de el Yaco, Senda I, la Mancha y la Loli (pachona y podenca de Jaén) que alternaban espléndidamente, Sala, Bartolo, la Panda, Senda II, el Sol, el Pancho, el Navarro, la Caty, el Duro, el Sil, el Taco, la Fila, ... y más modernamente el Buyo, la Dana, la Bocha, Yobi, la Chova (podenca), la Senda III, la Xena, la Luna. Los años ochenta fueron dedicados a crear una sofisticada red de siete líneas estancas de sangre. Incorporadas con planificación, nos permiten hacer cruces en la raza para mejorar sin perder. Conservar el patrimonio genético de cada uno de los padrillos incorporados es una necesidad. Mejorar en todas las prestaciones a la vez, también es necesario. Llegar a esta producción de ejemplares ha costado mucho esfuerzo, entusiasmo y mucho dinero. A partir de 1992 Alajú instaló formalmente un periodo de garantía para sus cachorros, donde el cachorro demostrará antes de dos años su pasión por la caza y respeto por el estilo de la raza. Sólo con exigencia podemos ser fieles a nosotros mismos. Desde 2000 el proceso de incorporación de ejemplares ajenos al programa de cría se ha cerrado. Las líneas de sangre englobadas en Alajú se pliegan ahora en una operación de selección que busca progresivamente mayor consanguinidad y homogeneidad entre líneas, para mejorar la uniformidad de tipo y prestaciones. En septiembre 2001, Carlos y Manuel Contera convocaron a propietarios, prensa, cazadores, propios y extraños a una reunión original: el Open Alajú. Cuarenta perros cazando para análisis general. Ha resultado otro hito particular en la historia cinofilia y la cinegética. Un mes más tarde, nació Julia Contera, el tercer vástago familiar tras Juan Manuel y Victor Acacio, familiarizados desde su nacimiento con la caza y los perros. Durante 2002 la marca "Alajú" habrá alcanzando la cifra de 1000 perros de razas autóctonas registrados. Hay mil propietarios inteligentes, amantes de los perros autóctonos, que han confiado en nosotros. Solo gracias a su ayuda ha sido posible realizar nuestro sueño. Esperemos que Juan, Victor y Julia lo continúen. |
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